Dia de la Industria Naval Argentina, trabajando
Industria generadora de trabajo, innovación y tecnología al servicio del crecimiento en el mar argentino. La pesca, desarrollo y disparador de una industria que en su día, sigue apostando por el desarrollo de la Patria en cada lugar de trabajo.
Cada 12 septiembre se celebra el día de la Industria Naval en la Argentina.
Ese día, en 1961, el entonces Presidente de la Nación, Arturo Frondizi, firmó el decreto nro. 7992, por el cual se le daba impulso a la renovación de la flota de buques mercantes.
Un año después de la firma de ese decreto, la Federación de la Industria Naval, determinó que esa fecha, pasaría a ser el Día de la Industria Naval Argentina, por la significancia de lo decretado por Frondizi.
La década del ´60 precisamente fue un momento de gran esplendor para esta industria, donde se pudieron contabilizar de acuerdo a las estadísticas, la creación de 108 mil puestos de trabajo, abriendo así un camino que hoy en día no solo se recorre, sino que sigue creciendo a través de la construcción y reparación de buques.
En el país son varios los astilleros con plena ocupación y que en muchos casos reciben trabajos de otros países.
Mar del Plata, precisamente su creciente clúster pesquero, tiene todo. Desde la formación académica a través de la UTN Regional Mar del Plata, pasando por empresas pesqueras que son modelo en el mundo, con mano de obra especializada en todos los sectores. Empresarios, transportistas, estibadores, personal de las distintas plantas y frigoríficos son parte de todo esto, aunque su ocupación no sea directamente referida a esta incipiente industria.
Cuando se sancionó la Ley 27.418, el propio Congreso Nacional, impulsó un Régimen de Promoción de la Industrial Naval Argentina, teniendo como objetivo dar mayor impulso a la actividad. Desde ese año 2017, con sus idas y vueltas, se sigue creciendo.
Lejos tal vez estemos de aquel sueño iniciado por Don Federico Contessi, hombre conocido y respetado en el rubro, y ferviente defensor de su actividad, que desde niño ahorraba para la compra de juguetes como formón, cepillo y serrucho, cuando ni El mismo hubiese imaginado que desde aquel “Compagnelo”, un buque de madera construido para la pesca desde su primer astillero “La Juventud”, hasta los hoy 137 fabricados y a la espera de más, sin contar las decenas de reparaciones realizadas.
Y en esto de trabajar y de competir, en la propia industria se mantienen códigos, por eso no es raro ver como SPI Astilleros o TPA Argentina, brindan apoyo entre sí, se consultan y buscan lo mejor para la Industria, o para el propio puerto marplatense, colaborando con el CPRMDP, para realizar desguaces, buscando mayor operatividad en los muelles.
Bien está que más allá de un acto eleccionario en el país, se celebre este día. Si no que lo diga la propia gente de SPI Astilleros, que desde 1976, época convulsionada en la Argentina, puso en marcha algo que tal vez proyectaban pero que hoy los números reflejan, por citar solo un ejemplo, que el 50% de sus prestaciones se han hecho a empresas de Europa y Asia, donde el mercado es atrozmente competitivo y con otros valores. A fuerza de trabajo y dedicación lo han logrado también.
Las enumeraciones de casos de éxito en la pujante industria, son varios y palpables, tal el caso de TPA Argentina, quien desde hace más de dos décadas comenzó a recorrer este camino. Atrás han quedado esos comienzos, en la década del ´90 con un pequeño taller brindando servicio de calderería. El empuje, la perseverancia del recordado “Chiquito” Godoy, hizo que en el año 2007, pudieran construir su primer buque, y seguir bregando para trabajar “en el puerto”, ya que funcionaban en pleno macrocentro marplatense. Lo lograron, consiguiendo un espacio, con varadero y con la recientemente inauguración de una moderna nave que servirá para la construcción de hasta dos buques en forma simultánea.
Como todas las actividades en la Argentina, ha sufrido distintos embates, pero siempre se ha mantenido en pie a través del ingenio, el trabajo, la dedicación y por sobre todas las cosa, el respeto a su labor, sabiendo que desde el trabajo que ellos realizan en cada astillero, se produce no solo mano de obra propia sino también que será fuente de trabajo para aquellos que realicen sus tareas “arriba” de los barcos, dando por cierto más trabajo para otras personas.
Fuente : Pescare